13 de febrero de 2010

Instante nº 9



 













Y por alguna razón que desconozco aquella noche no acudí al baile de los sueños rotos.  Solo recuerdo que al abrír los ojos una pandilla de burbujas rabiosas escapó de mi cabeza y pocos minutos después me descubrí levantándome del suelo y sacudiéndome el polvo del vaquero.
Que extraño es alcanzar el umbral de donde no se regresa y no sentir miedo alguno, pero así fue. No sentí frío, ni temor, ni prisa, ni flema. Un montón de imágenes elegantes y sin sentido desfilaron ante mí como en un cuento de circo mientras un caballo blanco permanecía a mi lado, señalándome con el morro salvaje y mirándome con ojos de gas, oscilando las delanteras sobre el suelo de barquillo y agitando el humo de su pelambrera sobre mi cuerpo tendido en el suelo. Después huyó al galope, aplazando nuestra despedida, aunque yo sé que cuando un adios se aplaza siempre se vuelve.
Ahora cada vez que oigo hablar de ella como de un prodigio recuerdo que es tan impar como cada uno de nosotros y que una caída primorosa nos aguarda, un derrumbe sublime.

070110


Música de Psyche: https://youtu.be/RDoxUEId3nE

6 de febrero de 2010

Instante nº 8

















No se si sabes niño viejo que en este viaje no hay camino más inútil que aquel que no se recorre, ni camino que deje tras de si una melodía construída con notas y silencios...




 












Música de Siouxsie and the banshees: https://youtu.be/4nAON-MwUPY

 

5 de febrero de 2010

Instante nº 7
















Blake dijo: Si el sol dudase un momento se apagaría en el acto, sin embargo yo no estoy tan segura porque de todas las estupideces que nos ronda, la certeza es la peor de las represiones, es la inapetencia por lo dinámico, el menosprecio al lirismo que nos circunda. 
La duda es el corpúsculo que estremece el mundo y le da dimensión a un horizonte salpicado de tachones ambiguos. Dejar que muera la interrogación es abandonar a su suerte el jeroglífico, fundirnos en un lago de mercurio y flotar en su agua ponzoñosa. La incertidumbre es un coche inoportuno que avanza hacía nosotros por una senda antigua, una yaga suave que crepita en los huecos del esqueleto y nos ofrece la longitud justa de nuestro abismo.
Aceptar el dilema es gastar caricias en el forro de las quimeras, querer comprender la vida y recorrer su delirio, porque aqui abajo siempre se respiró un fascinante desquicio y que quieto estaría todo sin duda.

Música de Tiger baby:  https://youtu.be/ghOlMqgLBfk