22 de junio de 2011

Instante nº 62




A donde se fue a parar la rutilante belleza del alba y sus elásticas visiones. Donde está el oleaje de lo posible que apuntalaba la realidad día a día. Aún recuerdo aquella ciudad de sonrisa frenética que llevaba dentro de mí, sus avenidas de sol, su memoria soñada, cierro los ojos y aún veo aquel jardín salvaje transitado por seres de rostro nítido que caminaban con paso de pantera.

No sé como decirte que para continuar necesito la calma de la fe, la fuerza del coraje, la luz de la gracia y sin embargo sigo aquí, a pesar de que mis venas se van cociendo poco a poco y que una estrella se consume cada noche en el firmamento, clavadas como chinchetas oxidadas, observando tranquilamente nuestra absurda combustión.
Ahora sólo me queda el todo, el resto supurante de una inmensidad velada,  aún tengo unas ganas terribles de pegar una patada al orden establecido, de dejar atras las cuadrillas de carpinteros y su mundo de cartulina, escabullirme de los esqueletos sonrientes, las horas caducas, tengo unas ganas terribles de renacer dentro de este sucio tinglado y con las manos manchadas de todo lo que he vivido echar una partida de ajedrez contigo mientras nos tronchamos de la risa. Aún me quedan ganas de aclarar la garganta y cantar una canción para tí.

Música de Stateless: