9 de septiembre de 2011

Instante nº 65

Trasteas con tu cámara borrando las fotos que no consiguieron penetrar en lo extraño, a nuestro alrededor hay unos niños, como los que fuimos y seremos intentando montarse en un barca sin importarles donde pueda llevarles, sólo quieren embarcar en ella, ver lo que pasa. 
Mientras estás repasando el menú de tu cámara me levanto y voy a por un refresco.  Camino junto a un grupo de mesas donde la gente festeja las últimas tardes del verano.  El cielo está adornado con farolillos que se bambolean como luciérnagas y resplandecen sobre la tez de la laguna. Tanto encanto me hace sentirme melancólica, una deportada a los pies del paraíso perdido. Pienso en la casa apátrida que me espera a lo lejos y en la forma que va tomado. Me pregunto si sabes lo difícil que es ordenar todo lo que la vida desordena, todo lo que espera al filo de la calma y que de repente se cuaja en una densidad grumosa. Sí, claro que lo sabes, un buen día la crónica nos deja sobre el tapete un acontecimiento alcalino con una ligera sonrisa en los labios, mientras cruza una pierna sobre la otra y nos susurra…ahí tienes. Creo que cuando esto llega es mejor abandonar el discurso vacío porque es tan difícil extirpar todo lo que se ha ido enquistando en el interior de nuestra dimensión como recuperar un balón arrojado al estanque de los sueños.


















Música de Planningtorock: https://youtu.be/0fAJ7nlD3_Y