11 de septiembre de 2011

Instante nº 67













Tumbados en una toalla sobre el pecho del mundo, nos recreamos con la abundancia líquida de su alma.








A veces se niega lo que se teme, aunque tal vez sea lo que más se ama, para quedarnos con el remolino conocido, con la comodidad de su nada y es entonces cuando olvidamos que solo las apuestas valerosas nos ensanchan.


Música de
 

9 de septiembre de 2011

Instante nº 66

Caminamos bajo el cielo de Berlín y su inmenso ligero. Vamos de la mano de una complicidad antigua, sin imposturas ni cortesías sobradas. Recorremos la metrópolis en busca de las bisagras de la vida, de las mañanas sin esbozar, celebrando lo inminenteAlcanzamos una avenida, después un parque. Nos alejamos el uno del otro el tiempo justo para tomar distancia, para repasar el polvo de nuestros zapatos. Después comenzamos a disparar balas imperecederas a la gracia de la vida, a la emoción contenida de la naturaleza muerta que yace esparcida por todos los rincones de las calles. Algunos días volvemos al hotel con bolsas repletas de libros y discos, esa música que trazará mañana lo que somos y seremos y que impedirá que el futuro se derrita en el caldo de lo continuo. Berlín nos envuelve y nosotros nos dejamos enredar entre el pensamiento lento de los cafés y el murmullo de los desayunos, cobijados en el eco mudo de una mirada que se asoma por las sábanas, junto al reloj de una ciudad que quiere superar la memoria abatida por la barbarie humana.
































Música de Austra:  https://youtu.be/tjKtbCx3piM


Instante nº 65

Trasteas con tu cámara borrando las fotos que no consiguieron penetrar en lo extraño, a nuestro alrededor hay unos niños, como los que fuimos y seremos intentando montarse en un barca sin importarles donde pueda llevarles, sólo quieren embarcar en ella, ver lo que pasa. 
Mientras estás repasando el menú de tu cámara me levanto y voy a por un refresco.  Camino junto a un grupo de mesas donde la gente festeja las últimas tardes del verano.  El cielo está adornado con farolillos que se bambolean como luciérnagas y resplandecen sobre la tez de la laguna. Tanto encanto me hace sentirme melancólica, una deportada a los pies del paraíso perdido. Pienso en la casa apátrida que me espera a lo lejos y en la forma que va tomado. Me pregunto si sabes lo difícil que es ordenar todo lo que la vida desordena, todo lo que espera al filo de la calma y que de repente se cuaja en una densidad grumosa. Sí, claro que lo sabes, un buen día la crónica nos deja sobre el tapete un acontecimiento alcalino con una ligera sonrisa en los labios, mientras cruza una pierna sobre la otra y nos susurra…ahí tienes. Creo que cuando esto llega es mejor abandonar el discurso vacío porque es tan difícil extirpar todo lo que se ha ido enquistando en el interior de nuestra dimensión como recuperar un balón arrojado al estanque de los sueños.


















Música de Planningtorock: https://youtu.be/0fAJ7nlD3_Y

Instante nº 64

Me asomo a la ventana del hotel, piso 34. Me siento en el alfeizar y apoyo la cabeza sobre el cristal de la madrugada mientras Alexanderplatz se despereza bajo un cielo que parece que va a desmayarse de un momento a otro. Es el último día que pasamos aquí y mientras miro por la ventana pienso en ti aunque te doy la espalda. Pienso en tu mirada que ya no es oblicua sino directa y ancha, en como te muestras sin contornos velados, en la parálisis de una ternura hermética que a veces resulta lacerante y de repente se derrama, ¿y si no consiguieras decepcionarme?. Pienso en tus alas, que cada día son menos tristes, en mi memoria de pez ausente, en tu pico de verano, en mi embrollo de manos blancas, en tu humor atrevido, desmarañado y en todos los disparates que nos hemos inventado. Pienso en ello y me hace gracia. Permanezco al pie de su ecuación como una niña dispuesta siempre al juego y no lo hago por ingenuidad o testarudez sino porque así lo he elegido, tal vez para que todo esto tenga sentido, tanto si es verdadero como inventado, o tal vez para que vaya siendo, sea lo que sea y sobreviva a nuestra memoria atolondrada. El bautismo de un diario, el diario de nuestro museo.




















 
Música de Trentemoller: https://youtu.be/Vk63F964MN8


24 de julio de 2011

Instante nº 63





No pude evitar poner del revés tu obstinación de plomo, ni revolver el nido que preparaste para mí en intramuros, saltarme todos los semáforos que cocinaste en tus entrañas de ciruela, desde tu gravedad transparente. Sé que salpiqué con pelusas infinitas las vocales de tu nombre, que barrí con furia las cuatro esquinas de tu diagnóstico ¿Recuerdas? jugamos a ser enemigas toda la vida, tú con manos de niña y latido de fuego, yo despegando los anaqueles de tu relato a tiras. Cada vez que me empujabas al destierro yo te desdoblaba en lo insospechado. Fuimos dos, borrándonos y volviéndonos a hacer como muñecos de plastilina y ahora que todo ha pasado como el sueño de un vendaval remoto no dejo de pensar en el día en que nos miramos largamente a los ojos sin decirnos nada. Estaba tan asustada que te rogué que me soltaras, y lo hiciste. Nosotras, que siempre conversábamos en silencio, que echábamos pulsos a las pasiones desavenidas, vertiéndonos en desacuerdos estipulados sólo para corroborar que éramos una frente al mundo, no puedo olvidar la luz tranquila de tu mirada mientras me consentías, el silencio sagrado de tus ojos que siempre llevaré conmigo.

Música de Sono:  https://youtu.be/w2XeX2b67Zw


22 de junio de 2011

Instante nº 62




A donde se fue a parar la rutilante belleza del alba y sus elásticas visiones. Donde está el oleaje de lo posible que apuntalaba la realidad día a día. Aún recuerdo aquella ciudad de sonrisa frenética que llevaba dentro de mí, sus avenidas de sol, su memoria soñada, cierro los ojos y aún veo aquel jardín salvaje transitado por seres de rostro nítido que caminaban con paso de pantera.

No sé como decirte que para continuar necesito la calma de la fe, la fuerza del coraje, la luz de la gracia y sin embargo sigo aquí, a pesar de que mis venas se van cociendo poco a poco y que una estrella se consume cada noche en el firmamento, clavadas como chinchetas oxidadas, observando tranquilamente nuestra absurda combustión.
Ahora sólo me queda el todo, el resto supurante de una inmensidad velada,  aún tengo unas ganas terribles de pegar una patada al orden establecido, de dejar atras las cuadrillas de carpinteros y su mundo de cartulina, escabullirme de los esqueletos sonrientes, las horas caducas, tengo unas ganas terribles de renacer dentro de este sucio tinglado y con las manos manchadas de todo lo que he vivido echar una partida de ajedrez contigo mientras nos tronchamos de la risa. Aún me quedan ganas de aclarar la garganta y cantar una canción para tí.

Música de Stateless: 




15 de junio de 2011

Instante nº 61

 










Aferrada a la cola del cometa que se agita bruñida de luz y despedida, que baila airosa como seda de gas o minuto agotado, que se levanta las faldas con la entereza de lo imprevisto y escupe carcajadas de contradicción en los callejones de agua inquieta. Pájaro de vuelo agüero la vida, devorador de hombres y flores, que sobrevuela la fisura del tiempo mientras nos mira sin emoción en los ojos, sin importarle el estremecimiento que su horrible belleza deja a su paso. La vida, que nos es dada a raudales de vientos sincopados.

Música de Iamamiwhoami:  https://youtu.be/LEoGQU_k78k

31 de mayo de 2011

Instante nº 60





Saberse manejar entre las normas de un juego viejo y conocido.


Música de Talk Talk:  https://youtu.be/C0kFAHvWmSM

20 de mayo de 2011

Instante nº 59








No somos flores. No respiramos con el ánimo suspendido, atentos únicamente a nuestra voz interior, lo hacemos percibiendo cada distracción, cada nuevo acontecimiento o malestar, que cuando se filtra en nuestro ser pugna por salir y escapar de un futuro plano, buscando la gloria de lo singular, el apogeo de un momento irrepetible.


Música de Tesla Boy:  https://youtu.be/-9q1z3K2vE0


19 de abril de 2011

Instante nº 58









Y el miedo se instaló en algún lugar perdido del corazón, mientras creíamos conocer la longitud de nuestra anchura, mientras nos divertíamos bajo la atenta mirada de los astros, sin saber a dónde va a parar todo lo que callamos ni lo que quedó rendido, ese miedo que insufla cuerpo al desvarío cuando poco antes sólo era fantasía de gas, que contamina la conducta con reflexiones tiranizadas por la quimera de una memoria caprichosa y paraliza el movimiento sagrado de la vida, un terror que levanta campamento sobre lo turbio, lo no declarado, que nos arrastra y no nos deja ser, y las líneas se vuelven látigos, las estrellas pequeños incendios, lo imposible emblema y lo agradable piedra glacial y echamos a correr antes que enfrentar el riesgo, preferimos dar la espalda a conocer su profundidad y lo vamos dejando todo detrás, detrás de todo lo sentido.
Ahora te puedo percibir de nuevo, estrujándome con mano fría, acuartelado entre el cuero de mi vida y este vacío, un miedo de escarcha y voces apagadas que enciendo en las noches rotas, esas en las que me acuesto sin sueño y me levanto dormida, devastada y con una lluvia de estrellas salpicándome el rostro. 

Entender el pavor es tan complicado como entenderse uno mismo. Pero esta vez no te voy a silenciar, no voy a encubrir la dificultad que guardas porque sé que con el secreto de tu mutismo te estaría dando fuerza y destino. No dejaré que de la mano y con una sonrisa en los labios nos guíes hasta la contradicción, tal vez hasta la sinrazón absoluta. Observo como te mueves en mi interior y me despedazas lentamente y mientras tanto te vigilo con los ojos vueltos hacia dentro, memorizando tu mecanismo, intentando entender tu debilidad, la mía, para resolverte, para desentrañarte y desanudar tu abismo.

 Música de Iamx:  https://youtu.be/fzhseW482vY

14 de abril de 2011

Instante nº 57






En la capilla del error resuena el eco atolondrado de cada equívoco que se repite sin que interioricemos su lección, sin que asimilemos su sentido. Cada maltida equivocación es una cosecha que resbala por la superficie impermeable del ser sin que penetre en la raíz de nuestro bastidor y que se disuelve antes de llegar, entre melancolías pálidas y calles sin perspectiva. Y volvemos a errar y volvemos a olvidar, hasta que llegan las ganas de arrojar lastre, de aligerar el peso de su acertijo. Entonces nos alejamos de la flaqueza con abrazo demorado y aparcamos toda la responsabilidad de nuestro diario entre lumbres de hogueras abatidas. 
Pero no hay error inútil ni falta que no nos haya vivido y cada error es tan valioso como tranquilizador y traicionero su olvido.
Mañana cuando giremos la vista hacia atrás miraremos la suma de zancadillas con cara perpleja y mirada torcida, sin entender que en lo más hondo de nuestro revés se ha tramado un tejido de verdades ignoradas, forjada con certezas mudas y caídas inútilmente aprendidas, algo que ya deberíamos retener pero que una vez más habíamos olvidado.


Música de Duran Duran:  https://youtu.be/7u4Rg_9JsMw

25 de marzo de 2011

Instante nº 56




Ella es un consentimiento inacabado. Mira el hueco que se abre entre el espacio y el tiempo, mira el reflejo de tu disturbio con pesado silencio, mira una multitud agitándose en el desorden inteligente de la evolución, y entre toda la materia confabulada y escéptica del mundo, su corazón de trapo flota sobre nuestra letra galvanizada. Ella, mira y calla. 



Música de Beborn Beton:   https://youtu.be/c_8WRO9fFUM  

9 de marzo de 2011

Instante nº 55






La dicha de no saber, de ignorar lo que está a punto de ocurrir y aún no ha sucedido o tal vez sí, en otro lugar o junto a ti, en la acera de enfrente o a la espalda del día, algo que se ha cruzado por nuestro camino sin rastro ni herida pero que ha dejado ceñido otro pulso, “un bastante” que se ha enganchado en el dobladillo del atuendo y ahora nos acompaña con toda la invisibilidad de la que es posible.
Si supiéramos el horror que nos persigue o la certeza del milagro que está a punto de acontecernos nos resultaría imposible obrar y nos pararíamos en el acto dejando caer el último aliento como el exabrupto de un león malherido, toda intención quedaría exenta de responsabilidad y dimitiríamos del trance de elegir porque sabríamos que todo es inútil, oblicuo, inaprensible, un misterio insondable que no hace tratos, que camina a ciegas y llega con la destreza imposible de un milagro que se ha perdido.

Música de The Cinematics:  https://youtu.be/ghDKrWiBhCs